La sociedad tal como la conocemos, está basada en la célula de la familia, con hijos, e
incluso a veces hasta con la suegra. Lo que muchas veces obviamos es tener en orden el
lugar donde vivimos.
Con esto me refiero al peligro que puede resultar de no llegar a tener el título o escritura de
nuestra propiedad.
En muchas ocasiones efectuamos la compra de nuestro hogar a través de un Boleto de
Compra – Venta, o bien con recibos y al entregarnos la posesión con las llaves del inmueble
creemos que el trámite ya está concluído. Lamentablemente no es así. Debemos instar a
quién nos vende el inmueble a que nos entregue la correspondiente escritura.
En muchos casos dejamos las sucesiones sin terminar, no las inscribimos en el registro o lo
dejamos todo sin concluir. Cuando algo tan importante queda a medio hacer, corremos con
diferentes peligros.
Si el Dueño anterior posee una deuda, pueden tomar como garantía de dicha obligación la
propiedad. ¿Por qué ? por el simple hecho de que aún se encuentra en patrimonio del
dueño anterior. Esto nos despojaría de cualquier derecho sobre el inmueble, tirando por la
borda todo el sacrificio realizado para adquirirlo.
Otro de los peligros que afrontamos con esta situación es que el dueño de la propiedad
puede partir con el Señor y que aparezcan nuevos herederos, que también pudieran tener
deudas que garantizan con ese mismo inmueble, sin perjuicio de los costos que conllevan la
realización de la sucesión que usted deberá realizar respecto de la persona que le vendió la
propiedad y usted no escrituró oportunamente.
Por tales razones le aconsejamos que Construya sobre la Roca, sobre bases firmes y no
sobre la arena, tal como nos enseña la biblia:
BIBLIA REINA VALERA
S. Mateo 7:24-27 RVR1960
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre
prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron
vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron
vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
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